Tú no eres tú, tan sólo eres, la sombra
que surge y se destruye cada vez,
eres la sombra efímera que asombra
al mundo, y sin embargo, nada es.
Pero hay en ti, escondida tras el velo
que la belleza oculta tras su faz,
el alma eterna que anhelando el cielo,
desdeña lo ilusorio y lo fugaz.
Por bien que te halles a la luz brillante
que el Sol te brinda en todo su esplendor,
deja sitio al cansado caminante
y eclípsate en la sombra vencedor
Anónimo.-
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