No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje,
a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo,
en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos,
voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro,
porque nacer es una alegría que duele.
Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo,
que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman; pero grande , muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace.
( Eduardo Galeano)
a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo,
en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos,
voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro,
porque nacer es una alegría que duele.
Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo,
que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman; pero grande , muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace.
( Eduardo Galeano)
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