
Dentro de este mar azul manchado
de pecas brillantes como diamantes
me sumerjo en lo profundo, moribunda
de un sentimiento que aun nace y se deshace
suplicando un salvavidas que de vida,
una tabla de esperanza o un tiro de gracia
para acallar estos temores que son dolores
porque laten fuerte, como las olas rompientes
entre las rocas amuralladas de una orilla
que no quiere ser tocada ni por nadie ni por nada
solo callada, abandonada, mancillada
adolorida, despojada de incredulidad
de sentirse fuerte entre las fuertes
de ser altiva, orgullosa y ahora vencida
como hoja caída de su pedestal,
que se sumerge entre las aguas sin latir
esperando ser recogida,
aunque sabe que está desechada
desprotegida, desamparada,
y mientras voy en picada, cayendo
sumergida en ese azul de cristal ,
no dejaré de pensar
que un sueño una vez tuvo dueño
y que los sueños pueden ser realidad
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