con la cobija sobre mi cuerpo y mis piernas enrrollada,
con los dedos entumecidos por este imprevisto frío
que dió rienda suelta a sus movimientos cuando
en giros y remolinos se paseaba sobre mi cama,
desde este pequeño lugar donde con apuro te voy bebiendo
como bebo este café que hace ceder el estremecimiento
que me produce el saber que tengo estos escalofrios
de darme cuenta que cada día mucho mas te voy queriendo
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