
“Amantes de estación…el árbol recorría el cuerpo húmedo de rocío de sus amantes acariciando con ternura cada ápice de las hojas que brillaban temblando excitadas por el erecto roce de sus ramas.
Llegado el otoño, las hojas se despojaron de su primaveral vestido verde esmeralda para ocultarse entre cardenales tonalidades impregnadas astutamente por un rubor calido y sensual que lo hacía temblar.
Sus extremidades se movían torpemente tratando de alcanzar sus cuerpos con sus delgados dedos para acompañar su delicado baile mientras el movimiento de su cuerpo hacía caer a las pequeñas odaliscas
Llorando el cielo advirtió la presencia del coqueto Levante que embrujando a las desleales hojas encendidas las sedujo con su afrodisíaco baile hasta dejarlas usadas, estrujadas y vencidas bajo los pies del árbol
Prefirió el árbol vestir con dignidad su desnudo abandono y levantó su vista para esperar el invierno que congelara su roto corazón y le hiciera olvidar las ingratas que ahora humilladas lo rodeaban implorando su perdón.”
Hojas secas en mi memoria…recuerdo la brisa de otoño cruzando nuestros rostros aquella noche en que los árboles despojaron sus ramas y tú desnudaste mi alma dejando para siempre la huella de tu amor
Y al pasar del tiempo, cuando los caminos se bifurquen en busca de nuestro destino buscaré aquellos lugares donde las hojas secas sean la alfombra que me conduzca al encuentro contigo.
Llegado el otoño, las hojas se despojaron de su primaveral vestido verde esmeralda para ocultarse entre cardenales tonalidades impregnadas astutamente por un rubor calido y sensual que lo hacía temblar.
Sus extremidades se movían torpemente tratando de alcanzar sus cuerpos con sus delgados dedos para acompañar su delicado baile mientras el movimiento de su cuerpo hacía caer a las pequeñas odaliscas
Llorando el cielo advirtió la presencia del coqueto Levante que embrujando a las desleales hojas encendidas las sedujo con su afrodisíaco baile hasta dejarlas usadas, estrujadas y vencidas bajo los pies del árbol
Prefirió el árbol vestir con dignidad su desnudo abandono y levantó su vista para esperar el invierno que congelara su roto corazón y le hiciera olvidar las ingratas que ahora humilladas lo rodeaban implorando su perdón.”
Hojas secas en mi memoria…recuerdo la brisa de otoño cruzando nuestros rostros aquella noche en que los árboles despojaron sus ramas y tú desnudaste mi alma dejando para siempre la huella de tu amor
Y al pasar del tiempo, cuando los caminos se bifurquen en busca de nuestro destino buscaré aquellos lugares donde las hojas secas sean la alfombra que me conduzca al encuentro contigo.
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