
Que descarada vida
Huyendo del infernal ruido
Me voy del trabajo huida
Como quien se va y no se ha ido
¿Será este un castigo merecido?
Presa de un dolor infernal
Regreso a mi casa temprano
Pensando curar mi mal
Y desterrar este desgano
Que me aqueja pies y manos
¡Ay de mi, pobrecilla !
Con cara de yo no fui me encontraba
De esas que no rompen la vajilla
En mi asiento iba yo sentada
Sin saber lo que me esperaba
Por Dios Santo!
No me di cuenta con la premura
Que pronto estallaría en llanto
Al ver que tanta gordura
Rompería mi dedo por desventura
Estaba en total desconcierto
Ante semejante tamaño
No podía creer que fuera cierto
Esa gorda me había hecho daño
y en vez de perdón me dio un regaño
No se si será merecido
El dedicarle a mi dedo una oda
Por encontrarse así herido,
Pero lo que si le deseo a la gorda
Es que se le pudran los dedos..¡No jo…!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario