Como un ladrón de vidas cotidianas,de costumbres y rutinas mal habidas,
escondido de mi vista se encontraba
un hombrecito mientras yo me desvestía.
El reflejo del espejo iba proyectando
el momento en que mi blusa se caía
y mis caderas soltaban contorneando
la pequeña falda que apuraba su salida
Quedó mi figura de su ropa despojada
contrastando con el brillo del cristal,
mi espalda recorrió con su mirada
hasta el final de mi columna vertebral
Mis caderas las giraba con cadencia
agachando mi cuerpo hacia delante
disfrutando con deleite esta demencia
que me envolvía en este baile delirante
Alcé mis ojos al espejo y pude verlo
como absorto se frotaba aquella parte
y deseé fuertemente enloquecerlo
hasta que pudiera verlo derramarse
No tarde en lograr lo que buscaba
al penetrar mi abertura con mis dedos
un liquido blanco y brillante le brotaba
incontenible manantial de sus deseos
Aproveché su convulsionado agite
me acerque a él ofreciéndole mi boca,
pero al irme acercando a su escondite
salió corriendo y olvidose de sus ropas
Quede yo tan afligida y desolada
maldiciendo la mas triste de las suertes
era tímido el hombre en mi recamara
y se esfumó dejándome caliente.
y se esfumó dejándome caliente.
















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