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cuando la claridad recién despuntaba
viajaba rumbo al trabajo, observando
De un lado del automóvil
majestuoso como cada día
emulando los viejos vikingos
y enseñando sus barbas rojizas
asomaba un sol imponente,
reluciente…
Mientras del otro lado, muy coqueta
se encontraba la luna tranquila
después de pasar una noche inquieta
flotaba con los brazos cruzados
sobre el océano azul del firmamento,
que momento…
Del espectáculo tenia el mejor asiento
para observar este par de enamorados
que hace siglos van pisándose las huellas
teniendo el deseo nunca logrado
de que sus cuerpos lleguen a rozarse…
y amarse…
Pero esta mañana la luna desatada
le contaba cotorrera sus andanzas
y el viejo sol tranquilo la escuchaba
como un anciano que conoce de la vida
y sabe que aunque no es una perdida
la luna es una cabeza pizpireta
que cambia constante de facetas
y no muestra una misma cara…
descarada…
Le da igual mostrar una sonrisa
que perderse de la vista una semana
y regresa después como si nada
alumbrando a quien la ve con su alegría
y pretende que el sol como si nada
la reciba muy contento cada día…
que chiquilla…
Si es que el sol le lleva una ventaja,
tiene en su poder sabiduría,
ni la luna con toda su picardía
hace tambalear su fortaleza,
se queda en su ruta solitario
pero sin cuernos asomando su cabeza
Y así van siguiendo su carrera
por el arco que describen en el cielo,
la luna cuchicheando de sus viajes
el sol escuchándola en silencio
sufriendo las angustias de quererla
sin poder decírselo un momento
y su interior ardiendo con mas fuerza
al tenerla así de cuerpo entero
…….
Un frenazo rompe aquel hechizo
que controlaba mis raros pensamientos
se detiene el autobús y me despierto
miro hacia arriba, ahí están
no fue un cuento…
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