Cazadora de almas soy en busca de sus presas
ocultando hábilmente mis auténticos deseos,
viajo encubierta con piel fina, blanca y tersa,
que a nadie muestran las marcas de mi infierno.
Ángel que desnuda y seductora te presentas ante mí
Ocultando de mis ojos y razón tu maléfica intención,
El instinto y el deseo me conducen cautivo para ti
Y doblego mis sentidos que corrompes de obsesión.
Mis alas te acarician de manera mentirosa
embriagan tu cordura y marean tus sentidos,
por incauto te seduzco con esta figura hermosa
y te otorgo las promesas de un divino paraíso.
Belleza que disfraza lo grotesco de tu alma despiadada,
En tu altar de cazadora mi cuerpo habrá de perecer,
Me acarician y aprisionan tus alas desplegadas,
Llevándome a tu infierno de delirios y placer.
Mi cuerpo con cadencia resbalo por tu piel
tus músculos se tensan bebiendo de mi boca,
Solo y sin ayuda vas cayendo hacia la red
De este demonio angelical que te provoca.
Se sacian tus pasiones al ardor de mis caricias,
Mi alma se derrama en tu averno embriagador,
Y bebo tu veneno condenándome a ser presa
Creyendo que del cielo es un licor liberador.
ocultando hábilmente mis auténticos deseos,
viajo encubierta con piel fina, blanca y tersa,
que a nadie muestran las marcas de mi infierno.
Ángel que desnuda y seductora te presentas ante mí
Ocultando de mis ojos y razón tu maléfica intención,
El instinto y el deseo me conducen cautivo para ti
Y doblego mis sentidos que corrompes de obsesión.
Mis alas te acarician de manera mentirosa
embriagan tu cordura y marean tus sentidos,
por incauto te seduzco con esta figura hermosa
y te otorgo las promesas de un divino paraíso.
Belleza que disfraza lo grotesco de tu alma despiadada,
En tu altar de cazadora mi cuerpo habrá de perecer,
Me acarician y aprisionan tus alas desplegadas,
Llevándome a tu infierno de delirios y placer.
Mi cuerpo con cadencia resbalo por tu piel
tus músculos se tensan bebiendo de mi boca,
Solo y sin ayuda vas cayendo hacia la red
De este demonio angelical que te provoca.
Se sacian tus pasiones al ardor de mis caricias,
Mi alma se derrama en tu averno embriagador,
Y bebo tu veneno condenándome a ser presa
Creyendo que del cielo es un licor liberador.
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