Reflexiones desde mi cama

Amanece…el día rompe en colores y disipa la negrura que cubría el cielo solo apenas unos minutos atrás, le da claridad a las cosas y oxigena cada uno de los rincones con una nueva energía, pero a mi aún no me llega todavía y en esa oscuridad tangible yo también me rompo al estallar en llanto y derramar lágrimas que se llevan tras de si mi sufrimiento.
Una nube negra aún cubre mis pensamientos al imaginar que en algún momento he de perderte y sintiéndome tan cercana y necesitada de tu presencia el dolor en mi pecho se ha sentido muy fuerte.
¿Cómo puedo tener ambivalentes emociones? ¿Ser feliz y luego desdichada en un segundo? Sentir que la sangre se endurece y mil agujas se clavan en mis venas, la respiración se hace cada vez mas difícil como sería mi vida si no te tuviera a mi lado.
Siento que todas mis angustias, todo lo que me preocupa, se concentra en un solo punto de mi garganta, quiero detener las lágrimas y no pensar en esa posibilidad, porque aun te tengo y estas conmigo, pero esa realidad tan cercana no puedo disiparla de mi cabeza aunque por los momentos solo sea imaginaria.
Y es por eso que estos días me quiero sentir mas cerca de ti, aprovechar cada momento, demostrarte que no hay nada mas importante que mis momentos compartidos, que no tienen lógica ni sentido los que no estoy a tu lado, aunque eso solo sea literalmente hablando, porque jamás dejo de estar a tu lado ya que llenas todo lo que me rodea con tu recuerdo.
Mientras pienso en todo esto una luz se va abriendo paso entre la densa capa de pensamientos oscuros, como si fuera dos manos va rasgando la tela que cubre mi razonamiento, y puedo al fin sentirme inundada de eso que siempre siento. De ese calor que me acompaña a donde voy, esa emoción de saber que mi corazón sigue latiendo y que bombea mas sangre que nunca, ese aire que entra por mis sentidos y me regala los mejores olores.
Aparece esa imagen que reconozco entre miles y la coloco de nuevo en el lugar que le corresponde, de donde jamás podrá ser quitada, es el amor que nació un día entre los dos y que no podrá desaparecer nunca.
Ahora te escribo desde mi cama, extrañándote tanto a pesar de que se que en pocas horas he de verte de nuevo, pero si te cuento esto no es para que tu corazón también se sienta oprimido como el mío, todo lo contrario, quiero que sepas cuan importante eres para mi y la magnitud de mis sentimientos, sobre todo quiero que sepas que yo te amo.